Choderlos de Laclos


El autor de Las amistades peligrosas, o sea Pierre Ambroise François Choderlos de Laclos, vino a este mundo el 18 de octubre de 1741 en Amiens.

De familia burguesa y padre funcionario, éste era secretario de una Intendencia provincial, Choderlos de Laclos acabó estudiando la carrera militar, entrando de aspirante en la Escuela de Artillería de La Fère a los 18 años, de la que salió a los 22.

Alcanzado el grado de subteniente, en 1763, pensaba marchar a las colonias inglesas de ultramar para combatir al secular enemigo de Francia, cuando la política intervino con el Tratado de París.

En lugar de la gloria alcanzada en el combate, se encontró forzado a una vida militar gris que discurría por el cauce de acuartelamientos en ciudades de provincias.

En 1777, una jugarreta del destino, convierte la frustración de no poder ir a América a luchar por la independencia de las colonias, en lo que será el origen de su obra más famosa: Las amistades peligrosas.

A medio camino en el océano Atlántico, en la pequeñísima isla de Ré, Pierre Ambroise, consume su tiempo militar fortificando lo que no necesita ninguna defensa, y, por tanto, aburrido, comienza a escribir, pero no inocentemente sino con el propósito claro de denunciar, en mordaz crítica, la época que le ha tocado vivir.

Al parecer, su novela se publicó en 1782, convirtiéndose inmediatamente, en un gran éxito de público, lo que sí por una parte fue muy lisonjero para el autor, por otra le valió la repulsa de un determinado e importante sector de peso de la sociedad más distinguida, que veíase crudamente retratada en sus intrigas y libertinaje, no pudiendo, la hipocresía imperante, aplaudir a quien así la señalaba –por otra parte él no era noble y ello aumentaba la afrenta-.

( Las amistades peligrosas, después del boom inicial de su publicación, conoció un largo período de oscuridad que empezaría a despejarse poco a poco a finales del siglo XIX, recibiendo su espaldarazo definitivo en el XX).

Nuevamente, pues, Choderlos de Laclos, que por aquel entonces era capitán, tuvo que verse destinado a su regimiento -a punto estuvo de ser expulsado del ejército-, aunque esta vez en tierra firme.

Paralelamente a sus aventuras literarias, y con más de 40 años, tiene tiempo de conocer en 1783 a Marie Soulange Dupertí quien le dará un hijo en 1784, y con la cual contrae matrimonio en 1786, convirtiéndose en un excelente esposo y padre, lo que no deja de sorprender dado el carácter de su literatura y que ha sido motivo de muchos estudios posteriores hablando de doble personalidad, que si no se traducía en lo real encontró su válvula de escape en la imaginación a través de tan célebre novela.

Sin embargo, no existen motivos para suponer que Choderlos de Laclos fuese una especie de Valmont seductor ya que tenía fama de hombre callado y circunspecto, aunque, si hemos de dar crédito a los retratos que de él quedan, hay que reconocer que era muy atractivo, con un rostro más bien moderno, en nada perteneciente al siglo XVIII.

La publicación de este libro, seguida del ensayo La educación de las mujeres, que presentado a un concurso fue motivo de nuevo escándalo –de hecho no se publicó hasta 1903-, y rematado con su participación en otro convocado por la Academia Francesa, acerca del general Vauban en el cual lo único que hizo fue desmitificar su figura, le valieron finalmente, primero una huída precipitada a Metz y después la renuncia a su carrera militar.

Entonces comienza una segunda etapa en su existencia, posiblemente la más novelesca vivida en carne propia, ya que entra al servicio del duque de Orleáns, primo de Luis XVI, un traidor con sangre real en sus venas, artífice decisivo en la condena del soberano francés.

Choderlos de Laclos se afilia al Club de los Jacobinos en 1790, siendo uno de los que proponen la regencia de su señor el duque de Orleans.

Así pues nuestro autor se convierte en ardiente revolucionario al servicio de las intrigas de Felipe de Orleáns, luego cambia de chaqueta y su amistad con Danton le consigue el reemprender la carrera militar, como Ayudante del Ministro de la Guerra.

Su papel no es muy digno entonces al oficiar de espía por mandato, redactando informes que pueden comprometer a personajes en entredicho.

Su ascenso militar en tan revueltos tiempos, es imparable, y parejo a su talento ya que incluso se mete en estudios de balística, que más tarde le llevarán al desarrollo de un proyectil mortífero, el denominado bolet creux. Pero es encarcelado por haber sido partidario del duque de Orleáns –a su vez guillotinado-, aunque luego salga en libertad.

Todo esto le hace renunciar a su cargo de general. Le cogen otra vez metiéndole en prisión y a punto están de guillotinarle, pero se le libera y vuelve al ejército encargándose sólo de tareas de despacho.

En los albores del siglo XIX, en enero de 1800, se le concede el grado de General de Brigada en la Artillería, por orden del propio Napoleón, en recompensa al haber jugado un meritorio papel el 18 Brumario.

Posteriormente, el 21 de enero de 1803, fue nombrado Comandante de artillería de la Armada de Observación en los Estados del Reino de Nápoles.

Falleció de disentería y de malaria conjuntas, a los 63 años en la ciudad de Tarento, el 5 de septiembre de 1805, y si debe su fama, que ha llegado hasta nuestros días sobre todo gracias al cine, a Las amistades peligrosas, no creamos que ésta fue su única obra ya que también escribió, aparte de los antes mencionados ensayos, una ópera cómica, poesía galante y varios tratados de estrategia militar.

Choderlos de Laclos pensaba, o por lo menos lo comentó muchas veces, realizar una segunda novela titulada Las amistades felices, pero no llegó a escribirla nunca. La pregunta es, ¿hubiera tenido tanto éxito?

   

© 2002 Estrella Cardona Gamio

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